No sé si ser educado es decir una vez gracias, dos, tres……
Soy una persona de extremos, de blancos o negros, el más adorable del mundo o el mas odioso, el más educado o el más irritante…..
Nunca sé cuándo ni en qué circunstancias dar las gracias con lo cual he tomado la decisión de darlas por sistema (si me pillan con el día bueno). Os pongo un ejemplo: Voy a un bar a cenar con la familia:
1/ El camarero me dice: ¿Qué quieres para beber? Le pido X y le digo “gracias”.
2/ Me trae X. Me pone el posavasos y le digo “gracias”. Me pone el vaso y le digo “gracias”. Deja la botella y le digo “gracias”.
3/ Trae el aperitivo y le digo “gracias”.
Cada acto lleva implícito un gracias. Mi familia me dice que me paso.
Tengo un negocio por lo cual trato con mucha gente a lo largo del día. No tengo término medio; o soy el más empalagoso, cargante y servil del mundo o por el contrario soy borde y cortante.
En ambas ocasiones y cuando estoy en modo “simpatía infinita” se han dado casos que mi interlocutor se ha pensado lo que no era, es decir que estaba intentando ligar.
En las ocasiones en que mi actitud ha sido seco y cortante me ha supuesto más de un problema, desde perder la venta hasta broncas innecesarias con el cliente ya que pensaba que le estaba desafiando.
Soy una persona de extremos, de blancos o negros, el más adorable del mundo o el mas odioso, el más educado o el más irritante…..
Nunca sé cuándo ni en qué circunstancias dar las gracias con lo cual he tomado la decisión de darlas por sistema (si me pillan con el día bueno). Os pongo un ejemplo: Voy a un bar a cenar con la familia:
1/ El camarero me dice: ¿Qué quieres para beber? Le pido X y le digo “gracias”.
2/ Me trae X. Me pone el posavasos y le digo “gracias”. Me pone el vaso y le digo “gracias”. Deja la botella y le digo “gracias”.
3/ Trae el aperitivo y le digo “gracias”.
Cada acto lleva implícito un gracias. Mi familia me dice que me paso.
Tengo un negocio por lo cual trato con mucha gente a lo largo del día. No tengo término medio; o soy el más empalagoso, cargante y servil del mundo o por el contrario soy borde y cortante.
En ambas ocasiones y cuando estoy en modo “simpatía infinita” se han dado casos que mi interlocutor se ha pensado lo que no era, es decir que estaba intentando ligar.
En las ocasiones en que mi actitud ha sido seco y cortante me ha supuesto más de un problema, desde perder la venta hasta broncas innecesarias con el cliente ya que pensaba que le estaba desafiando.