Hemos visto como en el caso de Autismo las conductas desafiantes pueden tener diferentes orígenes y reacciones, variando desde cuestiones puramente físicas a contextuales y de comunicación. También en función de las capacidades de comunicación, la edad o el tipo de intervención estas pueden a su vez variar. Aunque no se ha nombrado de forma específica, también hay que considerar que el ambiente escolar puede (tal y como se hizo con especial hincapié en el caso del Asperger) ser otro de los detonantes. Aunque en muchas situaciones, tanto en el Síndrome de Asperger como en Autismo, existan muchos puntos en común, desde causas a soluciones, una de las grandes diferencias la define la calidad de la comunicación; mientras que en el Asperger (a pesar de ciertas peculiaridades) esta calidad puede ser muy buena, en Autismo nos vamos a encontrar con un gran abanico, desde una carencia total de comunicación a una gran calidad (En casos de Autismo de Alto funcionamiento).
También sabemos que con una intervención temprana adecuada, alrededor del 70% de los niños con un diagnóstico de Autismo van a presentar una evolución que los colocará en Alto Funcionamiento, pero aun y así, habrá un 30% de personas que aunque no tengan ese nivel sí podrán disponer de suficientes herramientas de comunicación que les permitan un buen desenvolvimiento social. Es evidente que una buena comunicación nos ayudará de forma evidente en la mejora y eliminación de este tipo de conductas, que la persona sepa reconocer sus momentos de tensión y disponga de herramientas que les sean válidas para una correcta auto-gestión emocional, y de evitación de la frustración va a ser una de las bases. Prevenir es básico, pero en caso de que estas conductas o bien empiecen a aparecer, o sean algo habitual, deberemos de ponernos manos a la obra para que podamos proveer las herramientas necesarias.
También sabemos que con una intervención temprana adecuada, alrededor del 70% de los niños con un diagnóstico de Autismo van a presentar una evolución que los colocará en Alto Funcionamiento, pero aun y así, habrá un 30% de personas que aunque no tengan ese nivel sí podrán disponer de suficientes herramientas de comunicación que les permitan un buen desenvolvimiento social. Es evidente que una buena comunicación nos ayudará de forma evidente en la mejora y eliminación de este tipo de conductas, que la persona sepa reconocer sus momentos de tensión y disponga de herramientas que les sean válidas para una correcta auto-gestión emocional, y de evitación de la frustración va a ser una de las bases. Prevenir es básico, pero en caso de que estas conductas o bien empiecen a aparecer, o sean algo habitual, deberemos de ponernos manos a la obra para que podamos proveer las herramientas necesarias.
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